martes, 4 de enero de 2011

De ti

Cada vez que recuerdo esa sonrisa, esa mirada en mi mente ... Se asoma noche tras noche y tú, diariamente te instalas en mi corazón llevándome a pensar y pensar sobre qué es lo que siento hacia ti,  atracción, cariño, respeto o quizás amor. Es algo confuso, algo que no logro descifrar. Es increíble, hace años que te conozco y fue ahora, en este preciso instante, en el que esa pequeña luz se asoma en mi interior llevándome a un lugar desconocido.
Puede que no quiera aceptar lo que está naciendo en mi persona, puede que en realidad sea la gran amabilidad y paciencia que te caracterizan lo que me ha guiado hacia ese lugar lleno de cosas bonitas, de recuerdos que no dejan de ser algo confuso para mí, algo no conocido. 
Son esos días los que espero ansiosamente que lleguen, que llegue esa hora en la que voy a poder verte, ¿ y para qué? No lo sé, quizás para eso simplemente, quizás para intentar aclararme cuando lo único que consigo es liarme más, liar incluso, las pocas ideas claras que pude haber tenido en alguna ocasión. Todo eso me da lo mismo, no le doy importancia cuando en realidad sí la tiene pero ¿ para qué aclararme corriendo un riesgo? El riesgo de conocer ese sentimiento, esa pequeña luz que apareció interiormente y que llegue a su fin, que lo conozca, que sepa qué camino seguir y una vez allí darme cuenta de que no era tu personalidad lo que solamente me llamaba la atención, sino otras muchas cosas que llevan al sentir.
A pesar de todo, yo vivo el día a día, no me importa saber si eso es cierto o no lo es, lo único que me importa es el seguir viéndote, el seguir hablando y tratando contigo porque al fin y al cabo, eso siempre lo tendré y con eso, me conformo. Soy una mujer  y tú un hombre; dicen que no hay barrera que separe el amor pero yo digo que sí y más aun cuando lo único que sé de ti es tu profesión y poco más.....

1 comentario:

  1. Si, quizás es lícita la conformidad al encuentro, a disfrutar de una conversación. Es maravilloso el Carpe Diem, pero… hay cuantos peros surgen en el camino y aquello que nos era suficiente nos sabe a poco cuando los sentimientos meten baza. ¿Es un riesgo?, si, lo es, pero la vida “vivida” implica correr riesgos. Como bien dices Mari y valga la redundancia: “dicen que no hay barreras que separa al amor” una cosa es lo que se dice y otra es la realidad que nos muestra constantemente la cantidad de barreras, algunas infranqueables esas que aparecen justamente cuando hay mayor conocimiento del otro, más que en el desconocimiento.

    ResponderEliminar