No me hables de salvación en el infierno de la vanidad;
No me pidas perdón ni te sientas culpable, lo inventaron los listos del vaticano para acojonar a las personas.
No digas que me amas si te sometes a un dios.
No me cuentes cuentos que nadie cree.
No me felicites por Navidad, quiéreme todo el año.
No te des golpes en el pecho y reparte el pan.
No seas víctima de la misericordia, sé abanderado de la verdad
No hay libertad si hay sometimiento.
No hay un dios, solo hay una fuerza y está en tu corazó
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